La Torre Eiffel
A todos nos encanta esta
maravillosa construcción de hierro, pero, ¿qué crees que pensó la gente
cuando se construyó hace más de cien años?
Sigue leyendo y lo sabrás.
¿Por qué se construyó?
Exposición Universal de 1.889 en París
A finales del siglo XIX iba a
celebrarse en París una Exposición Universal y se esperaban millones de
visitantes. Se pensó que sería una buena idea construir un gran monumento
para la ocasión y se organizó un concurso al que se presentaron muchísimos
proyectos.
El ganador fue el empresario,
ingeniero y arquitecto francés Gustave Eiffel, quien con su equipo, logró un
diseño que consiguió impactar al jurado por su originalidad.
¡El proyecto era ni más ni menos
que una inmensa torre de hierro forjado de 312 metros de altura! Piensa que
en aquellos tiempos, era algo nunca visto.
La obra duró 26 meses y en ella
trabajaron 250 obreros. Se levantó sobre un gran parque llamado Campo de
Marte junto al río Sena y cuando se inauguró en 1889, año en que se celebraba
la Expo de París, se convirtió en la construcción más alta del mundo.
De hecho, siguió siéndolo durante muchos años hasta que fue superada en
altura por el Edificio Chrysler de Nueva York, en 1930.
Los trabajadores construyendo la torre
Los cimientos de la Torre Eiffel
¡Qué espanto!
Muchos parisinos, cuando vieron la
torre terminada, se quedaron horrorizados. Les parecía un amasijo de hierros
sin ninguna gracia ni encanto. Incluso algunos artistas famosos, como
pintores y escritores de la época, pidieron que se destruyera porque les
parecía monstruosa y afeaba la hermosa ciudad de París.
Pero según fueron pasando esos
primeros años, los habitantes de París se acostumbraron a la extraña
belleza de la torre y vieron cómo millones de personas de todo el mundo
acudían allí deseando contemplarla. Esto hizo que poco a poco se
sintieran orgullosos de ella y la convirtieron en el símbolo de la
capital francesa.
Antena en lo alto de la torre
¡Hay que salvar la
gran Torre Eiffel!
En realidad la Torre
Eiffel no se había construido para siempre, sino que se había acordado
que en cuanto pasaran veinte años, tendría que ser derruida.
Gustave Eiffel estaba
desesperado ¡No quería que destruyeran su gran obra! Pero… ¿Cómo podía
evitarlo?
Después de darle muchas vueltas
tuvo una brillante idea: Ya que era una construcción tan alta, su cúspide
podía ser aprovechada para instalar enormes y potentes antenas de radio. Dio
en el clavo porque le hicieron caso y esto la salvó del derribo.
Tras la instalación de esas
antenas, la Torre Eiffel alcanzó una altura de 324 metros. Para que te hagas
una idea, es tan alta como un rascacielos de más de 70 pisos de altura.
Entrada al restaurante de la Torre Eiffel
El interior de la
Torre
Desde la Torre Eiffel se
disfrutan las mejores vistas de la ciudad. El día que
tengas la oportunidad de visitarla desayuna fuerte, porque para
llegar a la parte más alta tendrás que subir nada más y nada menos que ¡1.665
escalones!
Si esto te parece demasiado
esfuerzo no te preocupes porque también cuenta con ascensores acristalados
que te facilitarán la tarea.
¿Piensas que la Torre Eiffel es
totalmente hueca? ¡Nada más lejos de la realidad! En su interior
la Torre alberga restaurantes para comer algo, tiendas para comprar
souvenirs y lo más interesante, cine y sala de exposiciones que te
permitirán aprender muchas más cosas interesantes sobre su curiosa historia.
Si tienes la suerte estar por allí
a la hora del atardecer, no debes perderte el maravilloso espectáculo
de ver la Torre Eiffel iluminada.
Bonita ¿verdad?
Bon voyage, mon ami!
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